Y Rajoy cuándo piensa negociar...







 
En Bélgica estuvieron más de 500 días sin Gobierno y mejoraron todos los indicadores económicos del país. No digo yo que esté ocurriendo lo mismo en España, pero en los seis meses que llevamos con un gobierno provisional que no ha tomado medida económica alguna, ha mejorado el empleo y ha aumentado el número de altas a la seguridad social. Afrontamos el verano sin Gobierno y con el mejor dato del paro registrado desde el año 2009. No me atrevo a decir que es efecto-consecuencia, pero como mínimo resulta curioso.  

Quizás para no fastidiar las buenas expectativas, como parece que esta vez sí tendremos Gobierno, el que salga podría no celebrar consejo de ministro alguno hasta septiembre, no anunciar medida alguna de nada y no poner en marcha plan alguno hasta la vuelta del verano. Lo digo por no arriesgar con nuevas medidas económicas la buena marcha de la temporada turística alta. 

En Andalucía ha ocurrido un poco de lo mismo. Desde que el PSOE andaluz se dedica a hacer valer su peso en el PSOE federal y se ha olvidado del gobierno de la comunidad autónoma,  también ha mejorado el paro. El consejo de Gobierno de la Junta lleva meses sin aprobar medida alguna de calado y estamos mejor que hace un año. Ya sé que se trata de una simple coincidencia, pero para qué arriesgar: lo suyo sería que durante el verano el PSOE andaluz siga ocupado en sustituir a Pedro Sánchez, mientras se deja en manos de los turistas la mejora de la economía andaluza, que estos últimos nunca fallan.  

Fuera ya de la ironía, sería deseable que Mariano Rajoy se levante ya de la silla y se ponga a buscar los apoyos suficientes para revalidar la presidencia del Gobierno. Una cosa es que el resultado electoral le haya caído del cielo y otra cosa, bien distinta, pretender que la investidura también se la regalen. Desde la noche del recuento de votos lleva reclamando el voto a su investidura como si fuera una obligación que los demás partidos tienen con él. 

Rajoy no debe olvidar que durante los últimos seis meses, no logró arrancar para su  partido el apoyo de un solo diputado en el Congreso. Pensar que lo obtendrán ahora sin negociar ni ceder en sus aspiraciones es de iluso.
Puede que a la economía le siente bien, a veces, que no haya Gobierno; pero difícilmente a un partido que aspira a gobernar le puede funcionar bien la ausencia constante del dirigente que pretende presidir ese Gobierno. 

Columna para La Ventana de Andalucía. Cadena SER. 





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