Los "yayo-alcaldes"
Si la experiencia es un grado, habrá que deducir que el PP concurrirá
a las próximas elecciones municipales en Andalucía con candidatos que
acumulan ya todos los galones posibles por trienios y años de servicios
en sus Ayuntamientos. El cambio generacional en la dirección del PP
andaluz con la designación como presidente y candidato a la Junta de
Juan Manuel Moreno Bonilla (1970) no parece que va a tener mucha
incidencia en los cabezas de cartel de las ocho provincias andaluzas,
donde prácticamente se da por hecho que van a repetir todos.
En un país donde hasta el Rey ha decidido abdicar en su hijo y donde la mayoría de los políticos que participaron en la transición o han fallecido o están jubilados, el PP en Andalucía ha decidido seguir apostando sobre seguro y no parece que haya intención alguna de propiciar un relevo generacional. Y ello a pesar de que seis de los ocho alcaldes de las capitales superan o superarán en el próximo mandato los 60 años de edad y acumulan la mayoría entre tres y cinco legislaturas al frente de sus consistorios. Moreno Bonilla, que tiene bastante propensión a fotografiarse con el grupo de alcaldes de su partido, parece en algunas ocasiones el nieto de uno de los primeros ediles que ha sido invitado al encuentro.
Entre los ocho alcaldes andaluces hay dos que pasan de los 70, Francisco de la Torre en Málaga (1942 y 14 años en el cargo) y Pedro Rodríguez en Huelva (1944 y 19 años de alcalde); otros dos que acabarían el próximo mandato por encima de esa edad, José Torres Hurtado en Granada (1946 y 11 años) y Teófila Martínez en Cádiz (1948 y 19 años); dos más que rondarían los 60 con un nuevo mandato, Juan Ignacio Zoido en Sevilla (1957, una legislatura) y Luis Rogelio Rodríguez Comendador en Almería (1959 y 11 años al frente del Consistorio). Únicamente los primeros ediles de Jaén y Córdoba, José Enrique Fernández de Moya (1969, una legislatura) y José Antonio Nieto (1970 y una legislatura), son de la generación del presidente del PP andaluz, Moreno Bonilla.
Hace unos días, el presidente del PP en Málaga, Elías Bendodo, se mostró favorable a que los alcaldes dejaran sus cargos transcurridas dos mandatos. Si el PP decidiera aplicar esta regla, cinco de los ocho primeros ediles de las capitales de provincias andaluzas no concurrirían a las próximas elecciones municipales. Ni que decir tiene que la reflexión de Bendodo está en las antípodas de lo que va a ocurrir en los próximos meses, donde el PP mantendrá sus carteles electorales.
El PP en 1995 consiguió dar un vuelco electoral en muchas ciudades andaluzas y desde entonces mantiene la base de su fuerza política en las alcaldías de las grandes y medianas ciudades. Dos décadas después, sobre algunos de estos yayo-alcaldes empieza a recaer el peso de demasiados años en el cargo, los que tienen ellos y los que acumulan de responsabilidad. Por eso, sobre la mayoría de ellos pesará la incertidumbre en próximo mandato, donde sus grandes enemigos serán sus propios compañeros de partido preparándoles un descanso antes de concluir el mandato.
En un país donde hasta el Rey ha decidido abdicar en su hijo y donde la mayoría de los políticos que participaron en la transición o han fallecido o están jubilados, el PP en Andalucía ha decidido seguir apostando sobre seguro y no parece que haya intención alguna de propiciar un relevo generacional. Y ello a pesar de que seis de los ocho alcaldes de las capitales superan o superarán en el próximo mandato los 60 años de edad y acumulan la mayoría entre tres y cinco legislaturas al frente de sus consistorios. Moreno Bonilla, que tiene bastante propensión a fotografiarse con el grupo de alcaldes de su partido, parece en algunas ocasiones el nieto de uno de los primeros ediles que ha sido invitado al encuentro.
Entre los ocho alcaldes andaluces hay dos que pasan de los 70, Francisco de la Torre en Málaga (1942 y 14 años en el cargo) y Pedro Rodríguez en Huelva (1944 y 19 años de alcalde); otros dos que acabarían el próximo mandato por encima de esa edad, José Torres Hurtado en Granada (1946 y 11 años) y Teófila Martínez en Cádiz (1948 y 19 años); dos más que rondarían los 60 con un nuevo mandato, Juan Ignacio Zoido en Sevilla (1957, una legislatura) y Luis Rogelio Rodríguez Comendador en Almería (1959 y 11 años al frente del Consistorio). Únicamente los primeros ediles de Jaén y Córdoba, José Enrique Fernández de Moya (1969, una legislatura) y José Antonio Nieto (1970 y una legislatura), son de la generación del presidente del PP andaluz, Moreno Bonilla.
Hace unos días, el presidente del PP en Málaga, Elías Bendodo, se mostró favorable a que los alcaldes dejaran sus cargos transcurridas dos mandatos. Si el PP decidiera aplicar esta regla, cinco de los ocho primeros ediles de las capitales de provincias andaluzas no concurrirían a las próximas elecciones municipales. Ni que decir tiene que la reflexión de Bendodo está en las antípodas de lo que va a ocurrir en los próximos meses, donde el PP mantendrá sus carteles electorales.
El PP en 1995 consiguió dar un vuelco electoral en muchas ciudades andaluzas y desde entonces mantiene la base de su fuerza política en las alcaldías de las grandes y medianas ciudades. Dos décadas después, sobre algunos de estos yayo-alcaldes empieza a recaer el peso de demasiados años en el cargo, los que tienen ellos y los que acumulan de responsabilidad. Por eso, sobre la mayoría de ellos pesará la incertidumbre en próximo mandato, donde sus grandes enemigos serán sus propios compañeros de partido preparándoles un descanso antes de concluir el mandato.
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