Los míos y los tuyos, la realidad de las primarias
DE todos
los procesos electorales que ha vivido el PSOE en Andalucía para la
designación de sus candidatos para unas elecciones generales, el de
ahora está siendo, sin duda, uno de los más clarificadores. Las ejecutivas locales han hecho sus propuestas,
los militantes han votado, las direcciones provinciales han cambiado el
orden sin importarles el resultado y el comité federal del PSOE le ha
terminado de dar un vuelco. De ahí que, al final, de lo votado por los
militantes a lo que irá finalmente en las papeletas hay el mismo
parecido que entre un huevo y una castaña.
Casi todos los partidos políticos se mueven con una democracia
interna de primero de primaria. O a dedo, o con elecciones
teledirigidas. En Málaga, por situarnos en una provincia concreta, de
los cabezas de cartel anunciados, casi todos han sido impuestos por sus
partidos en Madrid. O a dedo o con primarias que se han resuelto a dedo:
Nacho López (PSOE); Alberto Garzón (Unidas-Podemos) y Pablo Montesinos (PP). La candidatura de Ciudadanos será liderada por Guillermo Díaz,
que es el único candidato que ganó en sus primarias. Era el preferido
por la dirección de Madrid y salió refrendado en una votación en la que
participaron poco más de 300 militantes.
El proceso asambleario
en un partido político –pongamos que hablo ahora del PSOE– para
designar a los candidatos que concurrían a unas elecciones funciona más o
menos así: las direcciones locales hacen una lista con las personas que
hay que elegir, movilizan a sus afines y, salen elegidos exactamente
los que había designar. Si realmente esto fuese de otra manera, sería
imposible creer que los militantes socialistas de Sevilla llegaran a
considerar que existen hasta nueve dirigentes mejores que la ministra de
Hacienda, María Jesús Montero, para ir de cabeza de cartel por esta
provincia. Es evidente que más que votar por una lista, los militantes
optaron por lo que le habían pedido: una demostración de fuerza.
El sistema funciona con una fórmula bien sencilla. Hay un
sector oficial, que manda, y un sector crítico, que aspira a mandar;
pero, a veces, ocurre que el sector es crítico en un sitio y oficial en
otro, o a la inversa. En Andalucía, el PSOE está en manos de Susana Díaz, que es el sector oficial en esta tierra. Mientras en España, el PSOE federal está en manos de Pedro Sánchez,
que es el sector crítico en Andalucía. Y todos los líos de las
candidaturas no tienen más que esa premisa, por muchas asambleas y
muchas votaciones que se hayan hecho.
La estrategia de poner sobre la mesa los apoyos orgánicos en Andalucía, para rebajar las exigencias de cambios que planteaba Ferraz,
puede ser un buen argumento político en tiempos de batallas orgánicas,
pero es un mal ejemplo de democracia interna. Exactamente, el mismo mal
ejemplo que está dando la dirección federal con esa otra vuelta de
tuerca, la de ir quitando a uno suyo para poner uno mío; o echando a
otro de allá, para recolocar otro acá. La realidad final es la que es y
lo que se sabía de antemano, que los partidos son instituciones
escasamente democráticas en sus mecanismos internos, donde no se premia a
los mejores, sino a los más afines.
Posiblemente el mejor resumen de todo lo ocurrido en el
PSOE en la elaboración de las listas esté encerrado en estas pocas
palabras: “Los míos al Congreso, los tuyos al Senado”, que vino a ser lo
que le advirtió la dirección federal a la dirección andaluza los
momentos previos a llevar las listas a las agrupaciones. Esa frase es la
versión renovada de “Tú a San Telmo y yo a Moncloa”, pero, una sin San Telmo, y, otro, escurriéndose de La Moncloa.
El PP es un partido que estos riesgos no los corre. Se
les ocurrió hacer unas primarias y salió de presidente el que no estaba
previsto. Desde entonces, se acabaron los experimentos. Ahora para las
candidaturas a las Generales, ni primarias ni listas ni asambleas. Pablo Casado ficha al periodista Pablo Montesinos
y les anuncia a los de Málaga que irá encabezando la candidatura por
esta provincia. Y eso es lo que hay. Nunca, como esta vez, está siendo
tan claro un hecho: las listas para las elecciones generales se están
configurando desde los partidos políticos en Madrid y dirigente alguno
de Andalucía está pillando bola. No digo nada de los militantes, que han
ido a votar candidaturas que no tienen nada que ver con las que irán
finalmente en las papeletas de su partido. O no han tenido, tan siquiera
la posibilidad de decidir. Al final, estamos en lo de siempre. El
eterno conflicto en toda batalla orgánica: el de los míos, frente a los
tuyos. En Unidos Podemos en Málaga, ocurrió otro tanto de lo mismo.
Enviaron al líder de Izquierda Unida y se dio por concluido el proceso
asambleario. De ahí que todo lo que les he contado, se resume en un
único mandamiento. Los míos al Congreso y los tuyos al Senado; los míos a
las generales y los tuyos a las autonómicas. Los míos por Madrid, los
tuyos por las provincias. Y así es la democracia interna.
Publicado en Málaga Hoy. Ilustración Daniel Rosell.
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