De la opereta al esperpento

»Primer acto. Se abre el telón y se ve izada la bandera blanca y verde. Al fondo, una banda tocando el himno y el presidente del Parlamento autonómico arrancando el discurso de los actos conmemorativos del Día de Andalucía. Manuel Gracia se sale de su papel institucional y anuncia medidas concretas para superar el malestar social de la ciudadanía con la acción política. Habla Gracia: “Transparencia y participación, estas son las palancas fundamentales para superar esta desafección ciudadana hacia la política”. “Reclamo a los tres partidos con representación en el Parlamento que se regule el acceso público a la actividad de los diputados y diputadas, a sus iniciativas, a sus intervenciones, de forma que nos permita estudiar mecanismos de rendición de cuentas ante la ciudadanía”, sentencia el presidente.

Se cierra el telón. Se ve a los portavoces parlamentarios hablando entre bambalinas con el presidente. ¿Y qué os parece un aumento de 500 euros más cada semana para los portavoces adjuntos?, dice uno. Otro añade: “Y 400 euros al mes para el presidente”. “Nos parece razonable”, dicen todos. La reunión termina con un principio de acuerdo unánime. Cada uno se dirige a su grupo parlamentario. Los del PSOE a anunciar que la prioridad es el empleo; los de Izquierda Unida a proclamar la necesidad de mantener las políticas sociales y los del PP a denunciar el despilfarro del dinero público del bipartito.

»Segundo acto. Se abre el telón y aparece de nuevo el presidente del Parlamento. Esta vez toca profundizar en las políticas para incrementar la participación ciudadana y hacer más transparente la asamblea. Gracia anuncia desde el escenario que se va a penalizar el incumplimiento injustificado de asistir a los plenos, lo que se castigará con la detracción automática de retribuciones y dietas.

Se cierra el telón. Los protagonistas se vuelven a encontrar en torno a la Mesa del Parlamento para terminar de darle contenido a la subida de las dietas. Los tres partidos pactan el complemento que cobrarán los diez portavoces adjuntos, 2.000 euros adicionales cada uno. Y el incremento del presidente, que pasará de cobrar 6.596 euros al mes a cobrar 6.957. Un aumento, este último, cuyo beneficiario justifica “por las actividades desarrolladas por el presidente de la Cámara”. El acuerdo se fija sin publicidad alguna y se empieza a cobrar. En total, se han repartido 22.000 euros desde su entrada en vigor.

»Tercer acto. Se abre el telón y se ve al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, leyendo un periódico. La portada dice: “El presidente del Parlamento se sube el sueldo 400 euros al mes y 2.000 euros adicionales para los portavoces adjuntos”. Griñán se muestra extrañado y dice que no sabe nada. Luego pide la retirada de la medida aprobada entre otros, por el presidente del Parlamento y los portavoces del PSOE, todos como es obvio compañeros de partido. Su socio de gobierno, el líder de Izquierda Unida, Diego Valderas, aparece en escena para trasladar también su desagrado y su desconocimiento. Otro que alega su disconformidad con una medida impropia en tiempos de austeridad, aunque aprobada también por los portavoces de su formación política. Y finalmente aparece el representante del PP, a quien lo primero que hace PSOE e IU es atribuirle la iniciativa. El PP sale huyendo del acuerdo y apoyando su anulación. Tras su marcha, entra el coro de diputados de todos los partidos para cantar al unísono la felicidad que comparten por la retirada de la medida.

Se cierra el telón. Y salen todos los protagonistas a escena. Miran hacia el patio de butacas para saludar, a la espera de recibir los aplausos por la decisión de retirar la subida de las dietas que se habían aprobado a hurtadillas. La sala está completamente vacía. El público hace mucho tiempo que abandonó este lamentable espectáculo de opereta. Queda el esperpento en todo su esplendor institucional.

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