La delgada línea naranja
CIUDADANOS ha logrado la cuadratura del círculo político: los cambios sin cambio. “Hemos logrado el cambio en las asambleas de la Región de Murcia y de la Comunidad de Madrid tras 24 años”, proclamó Inés Arrimadas, nada más sustanciarse el acuerdo entre PP, Ciudadanos y Vox
para repartirse los puestos en las mesas de ambos parlamentos. El
cambio, sin duda, es extraordinario. El PP, tras dos décadas y media
gobernando estas instituciones, lo seguirá haciendo cuatro años más, eso
sí ahora acompañados de Ciudadanos, que al parecer es lo que determina
el cambio. “Es el primer paso para conseguir la regeneración”, continuó
diciendo la portavoz de Ciudadanos. El mantra es idéntico para Castilla y
León, donde allí el cambio es todavía más importante. En vez de 24
años, el PP lleva 32 y el cambio consiste en que va a seguir otros
cuatro años más.
No hay una expresión más de moda en la política española que la línea roja. Una especie de frontera infranqueable
que cada formación o líder establece como raya a partir de la cual se
pone un límite en la negociación de un acuerdo, de un pacto e incluso de
un apaño. “Ni negociar ni sentarse con Vox” ha sido siempre una línea
roja para Ciudadanos. Y tan roja era la línea que en Andalucía se sentó
el PP con VOX por separado y firmaron un acuerdo, de investidura; luego
el PP negoció con Ciudadanos otro acuerdo, de Gobierno; y los tres
votaron a un presidente de la Junta sin que Ciudadanos considerará que
los amigos de sus amigos eran también sus amigos. Con esa retórica
alcanzaron los primeros presupuestos del nuevo Gobierno, ese que a
marchas forzadas han tenido que trastear por las reclamaciones del amigo
que no tienen y que ha culminado en un documento conjunto con la firma
de los tres partidos, incluido también el logotipo de ese partido con el
que no se iban a sentar.
Las líneas rojas de Ciudadanos
se están volviendo como la cartelería de este partido político:
naranjas. Están perdiendo el color de antaño y cada día es más delgada.
De todas las cosas asombrosas que se han visto en la política española,
habría que reconocerle al partido de Albert Rivera su capacidad de
innovación en el arte de la regeneración. Da igual que al final salga o
no adelante, pero la propuesta de Ciudadanos para el Gobierno de Madrid
que ha llegado a salir publicada es todo un ejemplo de I+D político. Por
utilizar un símil tecnológico, la idea era algo así como la segunda
generación del acuerdo de Andalucía, con más prestaciones y con una
batería para que pudiera durar todo el mandato. La idea inicial era que
Vox estuviera en el Gobierno, pero sin que se note mucho. O sea, que
ocupasen cargos intermedios y que esos cargos dependieran de Consejerías
en manos del PP. Y a esos cargos intermedios le llaman “posiciones”. No
es El contrato social de Rousseau ni El capital de Karl Marx pero como
invención política tampoco está al alcance de cualquiera, sea adoptada o
no al final como experimento definitivo.
Lo curioso de la delgada línea naranja de Ciudadanos
es que lo mismo sirve para un roto en la Comunidad de Madrid que para
un pequeño descosido en un ayuntamiento como el de Málaga, donde con dos
concejales –uno menos de los que tuvieron hace cuatro años– son
indispensables para el PP. Meses antes del final del mandato en Málaga,
los tres ediles de Ciudadanos rompieron el acuerdo de investidura que
tenían con el PP por una línea roja infranqueable para estos ediles: una
investigación judicial contra dos concejales populares. Reclamaron sus
ceses inmediatos y esgrimieron para ello que el acuerdo de investidura
que firmaron en esta ciudad incluía la renuncia de cualquier concejal en
cuanto fuese investigado en un juzgado. La línea roja se convirtió
naranja tras los últimos comicios. De los dos ediles afectados, solo uno
de ellos lo sigue estando y ha vuelto a salir elegido. Ciudadanos ha
encontrado la solución mágica: como el acuerdo de investidura era para
el mandato, concluido el mandato se borraron las líneas rojas que
incluía el acuerdo. Y ahora habrá que establecer otras nuevas.
En definitiva, ayer se constituyeron la mayoría de los
ayuntamientos y no deja de ser curioso que cuantos más partidos tenemos,
en más sitios gobiernan los mismos de siempre. PSOE y PP se siguen
repartiendo las alcaldías, mientas aquellos partidos que vinieron a cambiarlo todo les hacen de muletas en muchas corporaciones. Y es que hay líneas rojas que solo sirven para sacarle los colores a los que las anuncian.
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