El córner, al primer palo.
Jorge Valdano contaba que Bilardo, el entrenador de
Argentina en el mundial de México 86, creó un equipo con un juego tan
anodino y automatizado que logró la clasificación frente a Rumania con
un empate a uno de un cabezazo en un córner. Ante las críticas por el
mal juego de su equipo, Bilardo contestó: “Hace 20 años que mi familia
vive de los córneres al primer palo”.
Los dirigentes gobiernan para empatar y se pasan el día a la defensiva, jugando al patadón y lanzando balones a las gradas de Bruselas. No se trata de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, sino de realizar un acto de sacrificio continuo. La política se ha replegado en su área incapaz de contener la ofensiva contra el Estado del Bienestar.
Tras cien días de negociaciones, Rajoy espera lograr un cabezazo en el último minuto en un córner dudoso. Y los demás partidos, jugando al 0-0, con la política del catenaccio: sin jugar a ganar, sino esperando a que no te ganen.
En política, como en el fútbol, si juegas en contra de tus ideas y además pierdes, sufres una doble derrota.
Los dirigentes gobiernan para empatar y se pasan el día a la defensiva, jugando al patadón y lanzando balones a las gradas de Bruselas. No se trata de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, sino de realizar un acto de sacrificio continuo. La política se ha replegado en su área incapaz de contener la ofensiva contra el Estado del Bienestar.
Tras cien días de negociaciones, Rajoy espera lograr un cabezazo en el último minuto en un córner dudoso. Y los demás partidos, jugando al 0-0, con la política del catenaccio: sin jugar a ganar, sino esperando a que no te ganen.
En política, como en el fútbol, si juegas en contra de tus ideas y además pierdes, sufres una doble derrota.
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