Buscando desesperadamente un desacuerdo
Estamos en un sin vivir por el clima de inestabilidad
política en Andalucía. Esta misma mañana, en el ascensor, mi vecino no hablaba
del frío polar, sino de la inestabilidad política que padece Susana Díaz en la
Junta. Luego, al dejar a mi hija en el instituto, tampoco se hablaba de otra
cosa: había una manifestación de padres pidiendo elecciones anticipadas en
Andalucía.
El paro ha dejado de ser el principal problema de los
andaluces. Ahora lo que nos tienen en un vilo es si la presidenta de la Junta
convocará o no elecciones en marzo. El PSOE lleva seis años tomándole el pulso
a la calle y teniendo como primera prioridad el empleo. No hay más que hacer
memoria: el relevo de Chaves, la designación de Griñán, la bicefalia
Chaves-Griñán, la marcha de Griñán, la llegada de Susana Díaz, las primarias de
Susana Díaz, que sí Susana Díaz se va, que si Susana Díaz se queda, que si opta
a la secretaria general del PSOE, que si no.
Y ahora elecciones anticipadas para tener un nuevo Gobierno, que
llevamos pocos: solamente cinco en los últimos seis años.
Y es que la situación con Izquierda Unida en el Gobierno de
la Junta está fatal. No hay más que verlo, se llevan tan mal que hace un mes
han aprobado el presupuesto de forma conjunta. El gobierno de coalición en
Andalucía ha resistido la comisión de investigación de los ERES, el escándalo
de los cursos de formación y tres ejercicios presupuestarios cargado de
recortes, por lo que resulta complicado que alguien se pueda creer que el grave
problema que hace necesario un adelanto electoral sean los desencuentros por el
anuncio de una visita de Diego Valderas a los campos de refugiados de Tinduf que no se ha producido o
por un referéndum entre los militantes de Izquierda Unida para reafirmar el
pacto de Gobierno que no se ha convocado.
Detrás de un posible adelanto electoral, no hay más que
motivos electorales. Todo lo demás es fingido. El PSOE en Andalucía está
convencido de que si las elecciones se celebran pronto, hará frente a Podemos
en mejores circunstancias, cogerá al PP con un líder poco consolidado en
Andalucía y tendrá mayores opciones para mantener el poder. Todo lo demás son fuegos artificiales. La
búsqueda desesperada de un desacuerdo para justificar una ruptura que no se
sostiene más que en cálculos
electorales.
Comentarios
Publicar un comentario