Los socialistas están construyendo un relato.






en el PSOE están construyendo un relato. Como dijo el escritor Juan José Millás, los políticos descubrieron un día la importancia del relato y no se les cae de la boca esta palabra. El relato, el relato… Tenemos que construir un relato. El relato del PSOE pasa por la siguiente premisa: vamos a abstenernos para colocar a Mariano Rajoy de presidente del Gobierno y vamos a vestir el santo para que parezca que se inviste solo. Y hay que reconocer que, con ese prólogo, no es fácil construir un relato.

No hay nada que atrape más a un lector que un buen arranque para un relato. Yo leí Beltenebros de Antonio Muñoz Molina, por las dos primeras líneas con las que el escritor jienense iniciaba la novela: "Vine a Madrid para matar a un hombre a quien no había visto nunca. Me dijeron su nombre, el auténtico, y también algunos de los nombres falsos que había usado a lo largo de su vida secreta". Me imagino a un miembro del Comité Federal del PSOE acudiendo a la capital de España a defenestrar a Pedro Sánchez, construyendo su relato: "Vine a Madrid a cargarme a un dirigente que habíamos elegido entre todos, pero que decidió ser otro. Me dijeron que estaba negociando un acuerdo secreto y me limité a hacer lo que me pidieron". Y a partir de esa frase se iría construyendo un relato.

Marguerite Yourcernar escribió una novela que se llamaba Alexis o el Tratado del inútil combate. Y la inició así: "Esta carta, amiga mía, sería muy larga. He leído con frecuencia que las palabras traicionan el pensamiento, pero me parece que las palabras escritas lo traicionan todavía más". Pienso en la nueva gestora del PSOE y en sus desvelos para dar contenido al relato con una misiva a la militancia que podría comenzar así: "Esta carta, querido militante, tiene que ser larga. He leído con frecuencia que las palabras traicionan el pensamiento, pero aunque parezca que los hechos lo traicionan aún más, no tenemos otra salida". Sería otra opción de comienzo para un relato.

La literatura está llena de novelas con inicios inolvidables. Algunas de apenas media frase. Fernando Pessoa comenzó su Libro del desasosiego con nueve palabras. "Mi vida es como si me golpeasen con ella". Así está viviendo el PSOE la construcción de su relato, en un desasosiego. Como si la ideología le golpease con ella. O como en Entre lo absurdo y el suicidio, un libro de Albert Camus, que arrancaba con esta otra frase: "No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio". Y en ello andan, buscando un relato entre lo absurdo y el suicidio.

En el PSOE están construyendo un relato. Si fuese de misterio, sería un desastre de relato. La historia comenzó con la dimisión de Pedro Sánchez y concluirá con la investidura de Mariano Rajoy, pero hay que dotar de argumento al relato. No hay opción alguna para el suspense, pero hay que construir el relato. El relato, el relato…. "En primer lugar está el problema del arranque, es decir, de cómo ir desde donde estamos ahora, y ahora mismo todavía no estamos en ninguna parte, hasta la orilla opuesta", comenzaba la novela Elizabeth Costello, de J.M. Coetzee. No es un mal comienzo, el de saber dónde se está, cuando todavía parece que no se está en ninguna parte.

Estaba yo en este quehacer de proponer al PSOE un inicio para su relato, cuando escuché al presidente de la gestora socialista, Javier Fernández, en una entrevista en televisión. Y decía: "La política exige convivir con la decepción. El PSOE tiene la obligación de reflexionar en un momento tan dramático para el país y para el propio partido. El drama es que todas las elecciones pasan por el PSOE y ninguna es buena". A mí me parece que los socialistas ya tienen su relato. Un triste relato, pero un relato al fin y al cabo. Una historia que continúa con un argumento endiablado sobre la corrupción, ese que sostiene que "el caso Gürtel no puede ser una barricada ética, moral o de los buenos que impide hablar con los malos", que llegó a decir Fernández en uno de los capítulos más tristes de este relato.

Si comprase un libro que empezara diciendo: "La política exige convivir con la decepción", pensaría en Giacomo Leopardi y el Diálogo entre un vendedor de almanaques y un transeúnte. Y situaría las frases en otro contexto distinto al que se escribió. Estamos ahora en octubre, el Rey ha convocado una ronda de contactos para encargar la investidura y habrá Gobierno antes de finalizar el año.

-Vendedor: ¡Almanaques, almanaques, almanaques nuevos! ¡Calendarios nuevos! ¿Un calendario señor?

-Transeúnte: ¿Son para el año nuevo?

-Vendedor: Sí, señor.

-Transeúnte: ¿Crees que tendremos un año nuevo feliz?

-Vendedor: Sí, caballero, sí, por supuesto.

-Transeúnte: ¿Cómo el año que acaba de pasar?

-Vendedor: Más, más todavía.

-Transeúnte: ¿Cómo el anterior?

-Vendedor: Más todavía, caballero.

-Transeúnte: ¿Cómo cuál entonces? ¿No me gustaría que el año nuevo fuera como alguno de estos últimos años?

-Vendedor: No, señor, eso no me gustaría…


En el diálogo, el transeúnte podría ser un dirigente del PSOE esperando el próximo año. Aguardando que pasen las hojas del calendario. En definitiva, confiando en que los ciudadanos se olviden pronto del dichoso relato que están construyendo.

Comentarios

Entradas populares