Susana Díaz y el infalible método del ginecólogo sevillano
Cuentan que había un ginecólogo en Sevilla que nunca fallaba en sus diagnósticos sobre el sexo del bebé de las embarazadas que trataba en su consulta. Cuando la pareja preguntaba: "¿Doctor, será niño o niña? El ginecólogo le decía que sería una cosa y luego sacaba una ficha donde apuntaba lo contrario. Así nunca fallaba. Una vez que nacía el bebé y la pareja iba a la consulta, si había acertado lo felicitaba. Y si había errado, sacaba la ficha donde había puesto lo contrario y les decía que no le debieron entender bien ya que en su libreta lo ponía bien claro.
Yo voy a escribir este artículo como hacía los
diagnósticos el ginecólogo sevillano. Esta semana daré por hecho que
Susana Díaz será la nueva secretaria general del PSOE federal y antes
del cónclave escribiré otro sobre la posibilidad de que, con tanto lío
interno, al final se abra paso entre los socialistas una tercera opción
que no sea ni Susana Díaz ni Pedro Sánchez. Con el infalible método del
ginecólogo, en uno de los dos artículos acierto seguro.
Susana Díaz se va a presentar para liderar el PSOE en
España y la fecha del Congreso la decidirá ella, dependiendo de cuando
tenga seguridad de que lo va a ganar. Ahora no tiene condiciones para
conseguirlo, ya que todos los sondeos -incluso los que alguna vez
acertaron- aseguran que Pedro Sánchez tiene actualmente un mayor
respaldo entre la militancia. En esta pugna con el dimitido anterior
secretario general del PSOE, entiende Díaz que el tiempo juega a su
favor. Mientras más lejos el congreso, menos posibilidades para Sánchez.
Incluso ninguna, si logra que tan siquiera llegue con opciones de
presentarse. La presidenta de la Junta quiere que su llegada a la
secretaría general sea sin primarias, por aclamación y con la confianza
de que podrá compatibilizar el cargo de secretaria general del PSOE con
la presidencia de la Junta. Esta es su hoja de ruta y no contempla otro
horizonte: ahora el congreso no lo tiene ganado y tampoco quiere el
liderazgo en un futuro conclave salido de unas primarias que mantenga al
partido roto en dos mitades.
Dicen los que dicen que Susana Díaz será la
secretaria general del PSOE que la presidenta de la Junta lo tiene tan
claro que ya se habla de las personas que podrían sustituirle en
Andalucía. En este país somos muy dados a realizar este tipo de
quinielas, en la mayoría de los casos con el mismo resultado que los
sondeos de opinión: no acertamos ni una. Como voy a escribir un artículo
otra semana para escribir lo contrario, me puedo arriesgar con los
nombres de los que se hablan ahora y elucubrar sobre otros candidatos
distintos en la siguiente crónica. Se trata de repetir la táctica del
ginecólogo sevillano. En uno de los dos, también acierto seguro.
Un dirigente político que conoce muy bien a la
presidenta de la Junta me dio el otro día dos pistas importantes. Susana
Díaz, si al final decide dejar Andalucía, entregará su herencia
política a un dirigente próximo a ella, de su máxima confianza y de su
misma generación. Ese es un perfil. La otra opción es un dirigente
también de su máxima confianza, que ocupa ahora una buena posición
política, pero con escaso recorrido futuro. O sea, sin aspiraciones de
disputarle el liderazgo. O lo que es lo mismo, que se encuentra ya más
de salida que de llegada. Dicen los que dicen que conocen a Susana Díaz
que posiblemente opte por un candidato del primer perfil para el
Gobierno, y uno con el segundo para la secretaria general del PSOE
andaluz.
Los que dicen que conocen bien a Susana Díaz, hablan
de que entre los candidatos del primer perfil estaría el consejero de
Turismo de la Junta, Javier Fernández, pero no estaría la consejera de
Hacienda, María Jesús Montero. Igual no terminen siendo ninguno de los
dos, pero ambos nombres reflejan muy bien lo que quiere y lo que no le
gustaría. Dicen también que para el segundo perfil, el de la máxima
responsabilidad del PSOE en Andalucía, hay dos candidatos que cumplen
los requisitos. De un lado, el actual secretario de organización del
PSOE andaluz, Juan Cornejo; de otro, Francisco Reyes, secretario general
del PSOE en Jaén. En los mentideros, el nombre de este último
aventajaba esta semana al primero.
Claro que todo esto no es más que un juego
periodístico, ya que la política nada tiene que ver con la ciencia. Al
igual que durante los nueves meses de un embarazo pueden ocurrir muchas
cosas; en un partido, que está sufriendo una situación tan embarazosa
como la que vive el PSOE, esos mismos nueve meses son un mundo para
dilucidar si al final del parto -al parto político, me refiero- lo que
pueda venir será Díaz, será Sánchez o no será ninguno de los dos.
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