Otro año hidro-ilógico




Sigue sin llover, para disgusto de todos. O lo hace muy poco. Desde hace algunos años, después del verano, ya no viene el otoño. Hemos tenido que inventarnos una palabra para darle nombre a una situación climatológica que debería preocuparnos: el veroño. En el ciclo de la naturaleza se ha perdido una estación y media de otra, ya que también los inviernos son cada vez menos invierno. Nada de lo que nos está ocurriendo ha pasado de la noche a la mañana. Ha sido tan predecible, que nadie puede justificarlo diciendo que nos ha pillado de improviso. Llevamos muchos años pasando de la pertinaz sequía a los chuzos de punta, sin que las administraciones públicas pongan en marcha medidas para paliar ni una cosa ni la otra. En unos días pasamos de evaluar las reservas de los pantanos con un cuentagotas a llenarnos de barro hasta el cuello para retirar el agua que inunda casas, tierras y carreteras. 

Andalucía, como el resto de España, vive en estado permanente de crisis por el agua. Y frente a cada nuevo año hidrológico está la gestión hidro-ilógica que hace la política de este problema: un bucle que empieza por meses de sequía a los que siguen unos días de lluvias torrenciales, con ciudades que no están preparadas ni para garantizar lo primero ni para dar soluciones a lo segundo. Y así cada año el mismo círculo vicioso, medidas que se anuncian y no se ejecutan; llamamientos a un consumo moderado del agua, mientras siguen perdiéndose casi un 20% del agua de suministra potable en las ciudades por averías y fugas… Y la apatía, esa que olvida todo lo ocurrido en cuanto aparecen las lluvias y los pantanos aumentan sus reservas. Y vuelven al cajón las necesidades de nuevas infraestructuras y los llamamientos a un consumo responsable. 


Desde agosto hay municipios de Málaga donde no hay agua potable en los grifos
Este año vamos a peor. Desde agosto hay municipios de Málaga donde no hay agua potable en los grifos. Cada semana camiones llevan garrafas para el abastecimiento. Y esto, que comenzó siendo excepcional, afecta ya a varios pueblos del noroeste de la provincia y a otros de la comarca de la Axarquía, especialmente núcleos diseminados que reciben agua los días alternos. La sobreexplotación de los acuíferos, en muchos casos. También ha ocurrido en municipios de la Sierra Sur de Sevilla. El olivar andaluz se encuentra en situación límite. Más de un millón y medio de hectáreas afectadas por la sequía y las altas temperaturas de este verano, que amenaza con una pérdida de más del 20% de la cosecha. De las 26 comarcas en las que se divide Andalucía, 22 se encuentran en situación de sequía pluviométrica moderada y las 4 restantes en situación severa. Y en la ganadería, los afectados hablan ya de desastre. 

Llevamos cuatro años en los que las lluvias en Andalucía están muy por debajo de la media, que suele ser siempre una media baja. En un año se ha gastado el 25% del agua disponible para consumo en toda la comunidad. Y los pantanos apenas alcanzan el 37% de su capacidad de embalsar. Andalucía ha soportado en los últimos 35 años cuatro importantes periodos de sequía. Los más recientes son los que se enmarcan entre los años 1992 y 1995 y el que comenzó en 2004 y finalizó en 2010. Estos periodos han supuesto reducciones en las precipitaciones superiores en algunas cuencas de más del 40%. De mantenerse la ausencia de lluvias, habrá una nueva declaración de situación de sequía en la comunidad. 

Seguimos instalados en el bucle, sin dar solución al problema. Si uno introduce en Google la frase "medidas para paliar la sequía en Andalucía" aparecen de golpe 241.000 entradas en el buscador, que deben ser, aproximadamente, las veces que las distintas administraciones han anunciado inversiones y actuaciones para hacer frente a este problema en la comunidad autónoma. Una lástima que los algoritmos no sepan distinguir lo anunciando de lo ejecutado, ya que le sacaría los colores a más de un dirigente político. 

Hace unos días, el PSOE presentó una proposición no de ley en el Congreso instando al Gobierno a acometer infraestructuras hidráulicas urgentes para paliar las situaciones de sequía que regularmente vive la comunidad autónoma. Entre ellas, la puesta en marcha de la desaladora de Cuevas del Almanzora, paralizada desde 2012, o la de Níjar; las presas de Rules en Granada y Siles en Jaén, el túnel de San Silvestre en Huelva y el de Huesma, en Sevilla. Así como los trasvases del Tinto-Odiel Piedras, en Huelva; el de Iznájar al norte de la provincia de Málaga y el del Negratín-Almanzora en Almería. 

Ni que decir tiene que algunas de estas inversiones que reclama el PSOE al PP se las reclamó el PP al PSOE cuando gobernaba y ni las hicieron unos antes ni las hacen los otros ahora. Para España la única solución a la sequía es la que nos pueda caer del cielo en forma de precipitaciones. Y si no llegan, a esperar a que lo hagan. Y así un año hidro-ilógico tras otro.

Publicado en Málaga Hoy. Ilustración de Daniel Rosell. 

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