Impunidad
Nada de lo que está ocurriendo en España hubiera sido
posible sin la sensación de impunidad que durante tantos años anidó en España.
Esa sensación de que nada les iba a pasar a nadie, porque realmente nunca les
pasaba nada. Ha sido mucho tiempo de una
complicidad humillante de los partidos políticos y de una preocupante
tolerancia de los ciudadanos.
De tanto mirar para otro lado, se nos ha caído el andamiaje
encima. Y resulta un bochorno lo que estamos viviendo cada día. Este país, con
casi seis millones de parados –según la EPA- y dos millones de niños pobres
–según Unicef- no puede tolerar esta cochambre diaria.
El miércoles fue el mantenimiento de la causa contra la
Infanta. Y la dimisión de Magdalena Álvarez del Banco Europeo de Inversiones. Y la dimisión de Willy Meyer como
eurodiputado.
El martes el cada día más escandaloso asunto del sindicato
UGT en Andalucía. Y el vomitivo tema de los enchufes en el Tribunal de Cuentas.
Y las pensiones de los eurodiputados en un paraíso fiscal. Y el portavoz del PP en el senado acusado de
cobrar sobornos… Y el… y el… y el…
Los partidos políticos deben afronta de una vez por todas
este escenario de corrupción y no mantener esta estafa diaria de calladas por
respuestas, silencios cómplices o explicaciones que provocan vergüenza ajena.
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