De la Torre y la versión 'low cost' de las puertas giratorias



AL ritmo que lleva la legislatura, es posible que más pronto que tarde haya más ex concejales trabajando en el Ayuntamiento de Málaga que ediles salidos de las urnas en las últimas elecciones municipales. Francisco de la Torre está a punto de alcanzar la paridad en su Gobierno: 13 ediles del PP elegidos por los ciudadanos y 10 ex ediles recolocados por él en el organigrama municipal. En contra de lo que ocurre en el mercado laboral, donde tras un despido resulta cada día más difícil encontrar un nuevo trabajo; en las listas electorales de De la Torre, las posibilidades de encontrar acomodo son infinitamente mayores cuando te echan de una lista que cuando vas en la candidatura en un puesto de salida.

El sistema de recolocaciones de Francisco de la Torre es la versión low cost de las puertas giratorias de la administración central. Mientras un ex ministro puede acabar su gestión colocado de inmediato como consejero en una empresa del IBEX; en el Ayuntamiento de Málaga -cuyas posibilidades son más modestas- un ex edil tiene opciones de proseguir su carrera como gerente de un cementerio cerrado o como directora de distrito con fecha de caducidad. Este modelo de contratación pública, realizado bajo la premisa de que nunca hay que dejar a nadie tirado, no fue inventado por De la Torre y goza de una larga tradición en el socialismo andaluz, cuya administración está llena de ex diputados, ex alcaldes y ex dirigentes recolocados en empresas públicas que, antes de su creación, eran inimaginables.

Con la crisis económica y la tiesura de las arcas públicas, los puestos para los enchufados no son como los de antes. Hace años te echaban como concejal y podían mandarte a una gerencia ganando el doble; y había cargos de confianza que cobraban mucho más que el que le daba la confianza. Ahora el mercado laboral del enchufe está en recesión y hay que adaptarse a los tiempos, ya que lo importante es recolocarse. Y lo mismo se pasa de aspirante a diputado a técnico de grupo, o de diputado con años de experiencia a gerente de cementerio. Los gerentes de cementerio son un nicho de mercado importante para el sector de las puertas giratorias públicas en esta provincia. Cuentan que en la Diputación de Málaga, la cosa se ha puesto tan fea con los recortes en los cargos de confianza, que han decidido que, dos de ellos, se repartieron el sueldo a media jornada cada uno para seguir instalados en la institución. Lo cuentan…

Leí un día que en la Diputación de Ourense, durante la época de José Luis Baltar, hubo que recolocar a tanta gente que en el edificio cultural de la institución se llegaron a contratar a 33 porteros, 11 por cada una de las tres puertas con las que contaba el inmueble. Hay etapas en la vida que un puesto de trabajo es un puesto de trabajo y la crisis no está para ponerse quisquilloso con el empleo. Y una puerta es una salida y una entrada, sea o no giratoria; sea de una empresa del IBEX, o sea de un edificio municipal. No todo el mundo tiene la suerte de que te quiten de concejal y a los cien días te coloquen como gerente de una empresa de aparcamientos, cuando además toda la oposición, que está en mayoría en el pleno, está en contra y tienes que puentearla haciendo concesiones a los socios privados.

En Francia el fenómeno de las puertas giratorias tiene un hombre muy curioso. Se denomina pantouflage, en referencia a ponerse unas grandes pantuflas. Se ve que los franceses tienen muy asociado este sistema de colocación con un retiro dorado y escaso de complicaciones. En Japón se le denomina amakudari, que es algo así como bajar del cielo. Una especie de descenso del paraíso del poder para aclimatarse a la cruda realidad, pero con un puesto de trabajo que sirva para hacer más digerible la salida del mercado laboral público.

Con la incorporación del último agraciado, son ya hasta siete los ex concejales que han encontrado un empleo en el Ayuntamiento de Málaga tras no ser elegidos en las listas del PP, a los que hay que sumar otros tres que fueron apartados de la candidatura hace cuatro años y que acumulan un segundo mandato como cargos de confianza. En total, la lista ya va por diez, y nadie está en condiciones de asegurar que el asunto no irá en aumento. Ni siquiera Ciudadanos, el partido político que firmó unos acuerdos con el PP para posibilitar la investidura de Francisco de la Torre y que lleva tragándose sapos laborales desde el inicio del mandato. Cada día suena más insulsa la verborrea con la que Ciudadanos adereza sus logros para reducir cargos de confianza y anunciar su determinación para que técnicos cualificados estén al frente de las empresas públicas. De la Torre tiene una enorme habilidad para desprenderse de una persona y recolocarla de nuevo. Uno de los episodios más increíbles de este peculiar sistema de puerta giratoria municipal ocurrió en el anterior mandato. El primer edil de Málaga se desprendió de su concejal de Urbanismo, Diego Maldonado, en la lista electoral, para colocarlo después de de edil -concejal no electo- de Urbanismo con la Ley de Grandes Ciudades. Hasta dos ediles más tuvieron un recorrido similar. Salieron por un lado y entraron por el mismo. Y es que en la Casona del Parque la puerta del equipo de Gobierno del PP funciona como la de las cantinas del oeste. Cuando ves que se mueve, nunca se sabe si alguien la ha empujado para entrar o lo ha hecho para salir.


Publicado en Málaga Hoy.
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Ilustración Daniel Rosell. 






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