El Museo del retrete
En la ciudad
de Suwon, en Corea del Sur, hay un museo dedicado al inodoro. El complejo,
denominado Parque Cultural del Baño, es un enorme edificio con una gran sala de
exposiciones en forma de retrete. Para acceder al recinto, los visitantes
tienen que recorrer un camino lleno de esculturas a cada lado. Se trata de
imágenes de personas que posan haciendo sus necesidades y que incluyen un
monumento al excremento, una cagada colocada encima de un podio. Este museo del
retrete se inauguró a principios de año y una de sus principales exposiciones
está formada por una colección de signos de toilettes que se colocan en los
servicios públicos del mundo.
Este parque
temático del váter es uno de los museos más originales del mundo, ya que el propio edificio tiene forma
de inodoro. Dicen los vecinos que la idea partió de un ex alcalde de la ciudad,
que al parecer nació en el baño de la casa de su abuela y que decidió
inspirarse en ello para construirse su vivienda. Su fijación por los váteres le
llevó con los años a convertir su casa en un gran museo del retrete y sus vecinos le terminaron conociendo por el
sobrenombre de “Mr. Toilet”.
De todos los
edificios que se han levantado en España y que ahora no tienen contenido alguno,
no hay ninguna administración que se propusiera realizar un museo como el que
se ha levantado en esta ciudad coreana, aunque habrían tenido que ampliar las
instalaciones si a alguien en este país se le ocurre montar, en vez de un
edificio dedicado a los inodoros, un museo de las cagadas. Y digo cagadas en la cuarta acepción del
diccionario, esa que se refiere a la acción que resulta de una torpeza. ¿Se
imagen un museo con réplicas a escala de un aeropuerto sin aviones, una
biblioteca sin libros, un tramo de AVE sin trenes o una carretera sin coches?
Todo esto
viene a cuento del primer aniversario del Museo de las Gemas de Málaga, el único edificio cultural del mundo que
abrió sus puertas un único día y además sin nada en su interior, a pesar de que
la rehabilitación del inmueble que lo alberga y su acondicionamiento interior
costó la friolera de 30 millones de euros. El edificio de Tabacalera, que así
se llama el inmueble, cumplió el jueves su primer año de nueva vida con una
exposición muy similar a la del Museo del Inodoro de Corea. En su interior, las
únicas indicaciones que existen son las señales de acceso a los cuartos de
baño. O sea, las dependencias destinadas a las cagadas en su principal acepción
del diccionario.
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