Homenaje
En la web de la cadena SER en Andalucía.
Todo comenzó
con Jesús Gil en el año 1991. El por entonces presidente del Atlético de Madrid
fichó para su candidatura a la alcaldía de Marbella a un funcionario de un
ayuntamiento salmantino llamado Pedro Román, que decidió trasladarse a la Costa
del Sol para hacer fortuna. Su ascenso fue fulgurante: en el primer mandato de
Gil, Román era ya primer teniente de alcalde y realizó su primera gran
operación municipal. Compró la urbanización Sierra Blanca, la más cara del
municipio.
Román era un
tipo con poder. En ausencia de Jesús Gil, él era quién ponía la rúbrica en los
convenios urbanísticos, de los que llegó a firmar más de 40. Su suerte le duró
apenas siete años. En 1998 salió huyendo del ayuntamiento de Marbella, con una
condena por inhabilitación y arrastrando un rosario de denuncias. Eso sí, sus
posesiones eran ya tantas y tan variadas como la lista de juicios pendientes.
Román tenía casa en Marbella, una finca en Cáceres, un piso de lujo en Madrid,
una vivienda en Paris y otro inmueble en Estados Unidos. No obstante, cada
cierto tiempo se veía obligado a dejar estas magníficas dependencias pasa pasar
una temporada en la cárcel, donde estuvo en varias ocasiones.
Ahora
sabemos, tras la decisión del Tribunal de Cuentas de embargar sus bienes, que
la fortuna patrimonial de Pedro Román era todavía mayor. Posee 41 fincas, 31 de
ellas en Marbella, un avión y un helicóptero. Todo le será intervenido para
hacer frente a un proceso de desvío de fondos del ayuntamiento por valor de 100
millones de euros.
Román fue un
personaje clave del saqueo de Marbella. Es una lástima que su figura haya
quedado eclipsada a lo largo de estos años por otros individuos que en el arte
del mangoneo no le han llegado ni a la mitad de los ceros de su cuenta
corriente. Sirvan estas líneas de homenaje.
Comentarios
Publicar un comentario