47 días y 500 noches



Al actual ritmo de destrucción de empleo, los sindicatos en Málaga han advertido que en unos meses el número de personas en paro o cobrando una pensión en esta provincia será mayor que la población activa, lo que significa un peldaño más hacia el abismo social. La situación es casi idéntica en otras provincias andaluzas. Un total de 8.500 empleos se perdieron al día en España en este arranque del año 2013, mientras caía a un ritmo todavía más frenético las afiliaciones a la Seguridad Social. Los datos evidencian que no hay avance alguno frente al paro juvenil, que afecta ya al 55% de los menores de 25 años. 

Estos datos deberían figurar todos los días debajo de las cabeceras de los medios de comunicación,  prácticamente marcados a fuego en sus portadas. Con su publicación diaria alcanzaría su dimensión real el hecho de que nos desayunemos cada mañana con cuentas millonarios en Suiza, pagos en B, amnistía fiscales y fiestas de cumpleaños, por citar algunos ejemplos. Cada uno de estas denuncias es un escándalo por sí sola, pero si además están ocurriendo en un país con cerca de seis millones de personas sin empleo resulta todavía más insoportable si cabe.

Cuando una sociedad tiene que convivir con el drama de seis millones de personas que no tienen empleo, las instituciones tienen que ser muy cuidadosas en la imagen que ofrecen de su trabajo. Resulta descorazonador que el pasado miércoles el Parlamento Andaluz iniciara de nuevo el periodo de comisiones tras las vacaciones de Navidad. Una simple suma indica que si la última sesión del Parlamento Andaluz fue el 20 de diciembre,  los diputados volvieron a la cámara tras 47 días de vacaciones

 Alguien podría justificar este inaudito descanso parlamentario  afirmando que se trata de un mecanismo para permitir que los diputados tengan tiempo también para estar en sus circunscripciones electorales y poder así conocer y trasladar los problemas de su provincia.  Sin embargo, más de mes y medio de inactividad parlamentaria es demasiado tiempo para justificar algo difícilmente justificable. Sobre todo, si además las sesiones se abren con el anuncio de un paquete de medidas inmediatas para luchar contra la lacra del paro en Andalucía y la inmediatez se pospone para la semana siguiente. Han sido 47 días para volver al Parlamento y 500 noches para entenderlo.


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