Las muertes de Alcalá y la conciencia colectiva
La policía,
prácticamente, ha descartado ya que los tres miembros de la familia de Alcalá
fallecieran por la ingesta de alimentados en mal estado. Es un alivio para la
conciencia: no murieron intoxicados por comida caducada o extraída de un
contenedor de basura. Qué tranquilidad, sobre todo para las autoridades.
Pareciera que no tuviera importancia que los cuatro miembros de esta familia
vivieran con 426 euros al mes, que son 104,5 euros por cabeza. 104 euros con
los que desayunar, almorzar y cenar 30 días, y como mínimo pagar la luz y el
agua para que no la corten. 426 euros dan para no pagar muchas cosas, como por
ejemplo la hipoteca, por eso la vivienda la tenían embargaba.
No hay
certeza de que comieran comida en mal estado, pero de lo que no hay duda alguna
es de que están muertos y enterrados. Y que antes de morir fueron atendidos por
los Servicios de Emergencia, que no detectaron emergencia alguna unas horas
antes de que perdieran la vida. Pero eso
tampoco ha salido en el estudio epidemiológico.
Comentarios
Publicar un comentario