El algarrobico
La revista National Geographic publicó hace unos meses un
estudio que concluye con un mapa del mundo muy diferente al que existe
hoy en día. Según los expertos, el nivel del mar habrá subido tanto
dentro de 5.000 años que muchas ciudades quedarán sumergidas. Al ritmo
que lleva el litigio judicial sobre el hotel El Algarrobico, es más
probable que esta mole de hormigón desaparezca por la subida del nivel
del mar en los próximos 5.000 años que por la acción humana. Si durante
la última década, cada vez que un político anunciaba la demolición
inminente del inmueble hubiera quitado un ladrillo ya no quedarían ni
los cimientos.
Ahora mismo, a la mayoría de ustedes les ocurrirá como a mí. Que hace mucho tiempo que me perdí en este litigio judicial. El hotel El Algarrobico es un ejemplo curioso: la mayoría de las administraciones que exigen su demolición son las mismas que otorgaron las licencias para que se levantara. Y el conflicto es tan extraño que los jueces de una sala están en desacuerdo con los jueces de la sala contigua, a pesar de que se acumulan más de una decena de fallos judiciales que abogan por su demolición. Con todo, lo más chocante es que pudiera parecer que el inmueble se levantó de la noche a la mañana. Y un día las autoridades se encontraron con que, en el lugar donde existía una playa, había caído del cielo un edificio de veinte plantas.
A sus promotores se les otorgó una licencia para levantar un hotel de 411 habitaciones e hizo falta que se construyera el 94,41% del edificio para que las administraciones descubrieran que aquello era una inmensa mole. ¿Alguien pensó que los empresarios con una licencia para construir 411 habitaciones iban a levantar una choza tropical? Pues no, hicieron lo que les permitieron: edificar 20 plantas y encargar los diseños de otros siete hoteles y un campo de golf que incluía el proyecto. No entiendo la sorpresa de la Junta y del Gobierno al descubrir ese enjambre de cemento. Digo yo que alguien debió pasar por allí alguna vez y vio que se estaba haciendo una obra.
El Algarrobico es una aberración urbanística fruto de un modelo de construcción desaforado. Un monumento a la fealdad, que alicata la playa y roba los paisajes. Se levanto con la autorización de las administraciones, las mismas que luego se opusieron. Tirarlo es necesario. Y los costes de la demolición y las indemnizaciones para el constructor deberían pagarlas aquellos que dieron las licencias. La otra opción es dejarlo todo en manos del calentamiento global. ¿Qué son 5.000 años frente a la resolución de un litigio judicial?
Ahora mismo, a la mayoría de ustedes les ocurrirá como a mí. Que hace mucho tiempo que me perdí en este litigio judicial. El hotel El Algarrobico es un ejemplo curioso: la mayoría de las administraciones que exigen su demolición son las mismas que otorgaron las licencias para que se levantara. Y el conflicto es tan extraño que los jueces de una sala están en desacuerdo con los jueces de la sala contigua, a pesar de que se acumulan más de una decena de fallos judiciales que abogan por su demolición. Con todo, lo más chocante es que pudiera parecer que el inmueble se levantó de la noche a la mañana. Y un día las autoridades se encontraron con que, en el lugar donde existía una playa, había caído del cielo un edificio de veinte plantas.
A sus promotores se les otorgó una licencia para levantar un hotel de 411 habitaciones e hizo falta que se construyera el 94,41% del edificio para que las administraciones descubrieran que aquello era una inmensa mole. ¿Alguien pensó que los empresarios con una licencia para construir 411 habitaciones iban a levantar una choza tropical? Pues no, hicieron lo que les permitieron: edificar 20 plantas y encargar los diseños de otros siete hoteles y un campo de golf que incluía el proyecto. No entiendo la sorpresa de la Junta y del Gobierno al descubrir ese enjambre de cemento. Digo yo que alguien debió pasar por allí alguna vez y vio que se estaba haciendo una obra.
El Algarrobico es una aberración urbanística fruto de un modelo de construcción desaforado. Un monumento a la fealdad, que alicata la playa y roba los paisajes. Se levanto con la autorización de las administraciones, las mismas que luego se opusieron. Tirarlo es necesario. Y los costes de la demolición y las indemnizaciones para el constructor deberían pagarlas aquellos que dieron las licencias. La otra opción es dejarlo todo en manos del calentamiento global. ¿Qué son 5.000 años frente a la resolución de un litigio judicial?
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