El reino de las ideas
Publicado en El País. Martes 18 de diciembre.
A tenor de
la campaña de promoción del socialismo andaluz que emprendió el presidente de
la Junta tras los descalabros electorales del PSOE en el País Vasco y Galicia,
ha resultado algo extraño que José Antonio Griñán no reclamara la intervención del Séptimo de Caballería tras lo acontecido
con el PSC en Cataluña. Griñán desde Andalucía, la reserva espiritual del
socialismo español que queda en la tierra peninsular, había decidido erigirse en la salvaguarda de
las esencias de la socialdemocracia, aspirando a convertirse en una especie de
François Hollande de Despeñaderos hacia arriba, pero hete aquí que pasaron las
autonómicas catalanas y el líder socialista andaluz decidió relajar la tensión
interna y esperar.
Griñán no
aspira a suceder a Rubalcaba. Lo ha dicho por activa y por pasiva. Su reino no
es la secretaria general del PSOE y la posterior candidatura a la presidencia
del Gobierno. Lo suyo es menos prosaico,
todo parece indicar que el reino al que aspira es al de las ideas. No
quiere un cargo más allá del que ya tiene en la Junta, sino que el socialismo
andaluz lidere el debate sobre el modelo territorial de España y la alternativa a la gestión a los gobiernos
del PP. Después de varias semanas salido de tiesto, al líder andaluz le ha dado
un ataque de responsabilidad. Ahora se pasa el día apaciguando, mientras ha
dejado en manos de Tomás Gómez el runrún de los movimientos internos.
Dicen, quienes
lo conocen bien, que Griñán busca un papel preponderante en el futuro del PSOE,
convencido, como está, de que puede aportar ideología a este socialismo en
tiempos de crisis. Él lo cree. Pero, sobre todo, se lo dicen a diario los
que tiene a su alrededor. El futuro del PSOE pasa ineludiblemente por Griñán,
proclaman los suyos desde Andalucía. Y
en ello están los miembros de su ejecutiva regional y la mayoría de sus
principales aliados en las direcciones provinciales, que le susurran al oído
todo lo que el presidente de la Junta está deseando escuchar.
A Griñán le
salen bien ahora hasta los resultados de las encuestas que encarga. Después de muchos sinsabores demoscópicos, los
socialistas han vuelto a ganar en un sondeo. Según el Barómetro del Instituto
de Estudios Sociales Avanzados (IESA), el PSOE aventaja al PP en 8,5 puntos en
intención de voto en Andalucía. La distancia tiene mucho más que ver con el
desplome de las expectativas electorales de los populares que con una mejora de
las del PSOE, pero le va a servir a la
dirección andaluza para proclamar a los cuatro vientos que la reconquista
nacional tiene sus orígenes en esta comunidad autónoma.
Cada vez que
el PSOE baja, Griñán intuye que él sube. A Rubalcaba, tras lo sucedido en
Cataluña, apenas le quede ya capacidad de resistencia y es probable que su
equipo en la ejecutiva federal tenga el mismo destino que la mula y el buey en
el portal de Belén, pasar de figurantes a inexistentes. El asunto se da por
hecho y lo único que está en debate es el momento. Mientras eso ocurre, el PSOE sigue sin alternativa ni respuesta a
un Gobierno del PP que en poco más de un año está volviendo del revés el modelo
de convivencia en España, troceando el Estado de Bienestar e imponiendo un
cambio ideológico que nos retrotrae bastantes años atrás.
Si Griñán,
como dicen, aspira a gobernar el reino de las ideas, podría empezar a
publicarlas en el Boletín Oficial de la Junta. El Gobierno conjunto con IU está
aún lejos de dibujar esa gestión alternativa que prometieron. De momento, ambos
partidos son unos grandes discutidores de las políticas del Gobierno del PP
pero están siendo poco ambiciosos a la hora de poner en práctica propuestas
diferentes. El presidente de la Junta sigue diciendo cosas más interesantes que
las que luego hace, lo que viene a confirmar que el reino de las ideas aún está
a kilómetros luz del reino de los hechos reales.
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