El ahuyentador de sombras



Juan Ignacio Zoido cumplió el pasado lunes 100 días al frente del Partido Popular en Andalucía, pero no fue hasta ayer la celebración de la efeméride. Como sucede en cualquier casa, para festejar el cumpleaños hubo que esperar la presencia de la familia política más allegada. De ahí que aprovecharan la visita a Málaga de María Dolores de Cospedal para que la militancia popular le cantara a Zoido aquello de que se trata de un presidente excelente y eso otro de que cumpla muchos más. A más días en el cargo, me estoy refiriendo. Si a alguien le cabía alguna duda de que Zoido llegó a la presidencia del PP andaluz de la mano de Cospedal, ella misma se encargó de disiparla. Ayer la secretaria general del PP le trajo a Zoido de regalo de cumpledías un reforzador de liderazgo, un disipador de dudas y un ahuyentador de sombras, tres cosas de las que andaba muy necesitado.

 Cospedal hizo ayer un esfuerzo oratorio muy grande para dar respuesta a un problema que ella declaró inexistente. La posible provisionalidad de Zoido en el cargo y una supuesta inquietud en la filas del PP andaluz hacia su falta de liderazgo. A tenor de la defensa que hizo de su figura, si el también alcalde de Sevilla fuera un entrenador de fútbol parecería que en dos semanas iba a ser relevado, pero como se trata de un político hay que interpretar que tiene el respaldo absoluto de quien lo propuso para el cargo. Cospedal negó que haya “provisionalidad en el PP andaluz” o dudas sobre el liderazgo de Zoido, que calificó de “inapelable” e “incuestionable”. Por eso, una vez concluido el discurso de felicitación, apagó las velas de cualquier discordia y le lanzó un aviso a los que no daban aplausos en el festejo: “Si hay alguien que habla de provisionalidad o de alguien que ya no está liderando el PP andaluz pero piensan que puede volver, no saben de lo que están hablando. Y lo digo con claridad, no saben de lo que están hablando”.

Lo más curioso de esta historia es que toda la supuesta provisionalidad de Zoido no es obra de sus enemigos, en este caso el PSOE como sostenía ayer Cospedal. Más bien podríamos decir que ha sido alentada por el propio interesado, que no se ha quitado el traje de alcalde de Sevilla en sus primeros cien días de líder del PP andaluz, lo que trae de los nervios a parte de los dirigentes populares de varias provincias andaluzas. Ayer Zoido, cuestionado, de nuevo, sobre su posibles aspiraciones a encabezar la candidatura del PP en unas autonómicas, se limitó a insistir en sus argumentos anteriores: “Ahora mismo no me lo planteo, ya que ahora no toca hablar de ello”. Quizás el “ahora mismo” sea el espacio de tiempo más concreto, coloquialmente hablando, que ha dado hasta ahora el líder del PP andaluz en relación a su futuro como presidenciable.

Como en todos los cumpleaños, en la improvisada celebración de los cien días de liderazgo de Zoido también hubo fotografías. Lo excepcional en esta ocasión es que la imagen que logró el protagonismo no fue del acto. Se trataba de una instantánea reciente que se realizó en el patio del Parlamento andaluz donde figuraba Arenas junto a Griñán. Cospedal dijo que “una cosa son las fotografías y otra cosa es el trabajo, ya que las fotografías no hacen acción política”. Posiblemente, ese fue el motivo que justificaba las declaraciones de ayer. Y por supuesto, la necesidad de regalarle los oídos a Zoido con un reforzador de liderazgos, el disipador de dudas y el ahuyentador de sombras.

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