Mi gitana, el Guadalpín y las reses bravas

La sentencia entiende que Isabel Pantoja, de común acuerdo con Julián Muñoz, ocultó el dinero por tres vías: el chalé Mi gitana, un apartamento en el hotel de lujo Guadalpín y los ingresos en efectivo en las cuentas privadas y de algunas de las sociedades de la tonadillera.

Apartamento del hotel Guadalpín. El inmueble 105 de este hotel de lujo en Marbella fue adquirido por Isabel Pantoja por 353.695 euros, con una rebaja del 33%. La investigación policial determinó que el apartamento fue adquirido a través de la sociedad Franbel Artis, en cuyas cuentas solo había un saldo de 192,98 euros. La cantidad que pagó Isabel Pantoja por el inmueble, de 180 metros cuadrados, tampoco salió de otras cuentas personales, que carecían de dinero suficiente para abonar el precio.

Chalé Mi Gitana. En abril de 2004, Isabel Pantoja adquiere el chalé Mi gitana, un inmueble de 650 metros cuadrados de la urbanización marbellí "Nueva Andalucía La Pera". Lo hace a través de la sociedad Panriver S.L. (Pantoja-Rivera) a un precio de 3,36 millones de euros. Los propietarios son Carlos Sánchez y Andrés Liétor, dos empresarios procesados en el caso Malaya. Según la sentencia, el pago de las amortizaciones del préstamo solicitado para pagar el chalé fue el mecanismo ideado por ambos para aflorar e introducir en el mercado financiero parte del efectivo de origen ilícito de que disponían.

Reses bravas. La sentencia sostiene que Julián Muñoz inyectó fondos a la sociedad Franbel Artis de Isabel Pantoja para arrendar explotaciones ganaderas y adquirir cabezas de vacuno. Al menos adquirieron un centenar de reses bravas para la finca La Cantora, aunque durante el juicio el propietario de la ganadería dijo que nunca le pagaron. Sin pagarlas, las reses fueron vendidas por Muñoz a un restaurante.

Manejo de efectivo. Durante el año 2002, previo a su relación sentimental con Julián Muñoz en las cuentas privadas de Isabel Pantoja no se produjo ninguna operación en efectivo de importancia. Fueron siete imposiciones con un saludo de 4.816 euros. Esa normalidad financiera, sostiene la sentencia, se ve notablemente alterada tras el inicio de su relación sentimental, al utilizar sus cuentas para aflorar efectivo ilícito de Muñoz. Tan sólo en 2003, las operaciones en efectivo en las cuentas fueron ya 29 y por un importe total de 293.497 euros, a las que hubo que sumar otras cantidades en las cuentas de sus sociedades hasta un montante de ingresos total de 427.962 euros en efectiv

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