Culpa in vigilando

La consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo, dijo el otro día una cosa de cajón. Es lo que piensa todo el mundo, incluido la mayoría de sus compañeros de partido, aunque estos últimos únicamente lo admitan en privado. Es imposible no extraer responsabilidades políticas de la actuación de los dos consejeros de Empleo de la Junta durante los diez años que duró un sistema de subvenciones públicas que permitió el desvío de al menos 136 millones de euros sin aparente control alguno. Y eso, que lo debía de haber dicho cualquier dirigente del PSOE cuando se destapó el escándalo de los ERE irregulares en 2011, es lo que ha afirmado ahora la consejera de Hacienda. "Hay una responsabilidad in vigilando que atañe a los consejeros", en referencia a José Antonio Viera y Antonio Fernández. Ambos, añadió, "tienen responsabilidad política, sin duda, porque son los responsables de esa consejería durante ese tiempo".

Culpa in vigilando es una expresión que se utiliza en el ámbito del derecho y que viene a plantear la responsabilidad que tiene una persona sobre las actos que realiza otra sobre la que tiene un especial deber de vigilancia. En el caso de los ERE es tan obvia esta circunstancia, que al margen de las responsabilidades penales que se deriven de la investigación de la jueza Ayala, existen evidentes responsabilidades políticas. Es un insulto a la inteligencia que el PSOE lleve manteniendo durante más de dos años que el escalón donde se para la responsabilidad política de este fraude está en la dirección general de Trabajo que ocupó Francisco Javier Guerrero, el principal imputado en el caso.

Desde el Gobierno andaluz y desde el PSOE han salido en tropel a decir que las palabras de Aguayo son a título personal. O sea, que no hay cambio de opinión con respecto a los ERE y que todo es cosa de Guerrero, un director general que debió instalarse en el despacho sin que nadie le nombrara para el cargo. Y allí estuvo diez años, dando subvenciones a destajo sin que nadie detectara nada y sin que nadie sea ahora responsable de nada. 

Haría bien el PSOE y los miembros del Gobierno andaluz en hacerle caso a José Antonio Griñán. En su última comparecencia en el Parlamento para hablar de los ERE dijo "que las responsabilidades políticos llegarán cuando tengan que llegar, pero en función de la razón y no del interés partidario". La que mejor de todos entendió la frase fue Aguayo. Fue escuchar a Griñán y poner la razón por delante del interés partidario al señalar que hay una "responsabilidad in vigilando de los anteriores consejeros".

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