Asesores
El alcalde
de Málaga, Francisco de la Torre, tiene un asesor que en el organigrama de
cargos de confianza aparece con el pomposo título de director técnico de
Captación de Inversión Internacional. Hace algunos meses supimos que seguía en
el puesto porque De la Torre tiene por costumbre comunicar cada semana lo que
hizo la semana anterior. Hace público con quién se reunió, dónde viajó y a qué
actos asistió. Y aunque no explica de qué habló en la reunión, para qué viajó y
qué hizo en el acto al que acudió, el alcalde dice que se trata de un ejercicio
de transparencia.
Como decía,
por este ejercicio de transparencia del alcalde supimos los malagueños que De
la Torre había viajado a Estados Unidos con el director técnico de Captación de
Inversión Internacional. En su agenda lo comunicó así: “Jueves, 15 de
noviembre. Salida en coche de alquiler hacia Boston (conduce Sanderson)”.
Sanderson es el apellido del asesor y su inclusión en la agenda era la prueba
inequívoca de su existencia.
El otro día
también tuvimos conocimiento en Málaga que seguía el asesor municipal experto
en infraestructuras y grandes proyectos. Como ya no hay dinero para grandes
obras, llegamos a pensar que igual ya no era necesario un asesor para las
grandes obras que no se hacen. Erramos, el asesor sigue y lo certificamos a
cuenta de la polémica que existe en la ciudad con la decisión de la Junta de
modificar el proyecto del metro por el centro urbano. La Junta quiere ahora
hacerlo en superficie y el alcalde no quiere ni escuchar hablar de ello. Como
se supone que los expertos están para dar opiniones autorizadas, el asesor
municipal de infraestructuras de De la Torre resumió en una frase todos sus
conocimientos técnicos sobre el mundo del ferrocarril: “El tranvía tendrá que
parar para recoger a los niños atropellados”.
Todo esto de
los asesores viene a cuento de un programa de televisión que vi el otro día y
donde se estimaba en más de 15.000 los cargos de confianza que tienen las
administraciones públicas en España, con un coste estimado de 850 millones de
euros al año para las arcas públicas. En
el reportaje, Málaga tuvo un protagonismo excepcional por disponer de algunos
de los asesores más variopintos del panorama nacional. Si en la capital
malagueña existe un director técnico de captación de inversión internacional, en la Diputación, disfrutamos de un asesor
taurino y un especialista en toros, flamenco y Semana Santa.
En lo que coinciden tanto los de Málaga como los
de cualquier sitio de España, es que un asesor está para decir lo que el
asesorado quiere escuchar. Lo digo por experto municipal en metros y tranvías,
que por apoyar las tesis del alcalde acabó pidiendo disculpas por el clamoroso
ridículo que había hecho.
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