Curiosa unanimidad

El único acuerdo alcanzado por unanimidad del Parlamento autonómico en los últimos años  ha sido el relevo de José Chamizo como Defensor del Pueblo Andaluz.  Nunca se había llegado al consenso en nada entre PSOE y el PSOE, y menos  entre el PSOE, el PP e IU a la vez. El milagro ha ocurrido.  No ha sido para afrontar el problema del paro en la comunidad autónoma, tampoco para aprobar un paquete de medidas para hacer frente a la crisis. La unanimidad se ha alcanzado para quitar al Defensor del Pueblo Andaluz. 

Chamizo se había convertido en un personaje molesto para los partidos políticos en Andalucía, después de tres mandatos consecutivos dando muestras de una enorme independencia frente a ellos y  de no tener complejo a la hora de reprobar que la clase política está muy alejada de los problemas de la ciudadanía, unos problemas que el Defensor del Pueblo conocía bien por las quejas que invadían cada año su oficina. 

Si el Defensor del Pueblo Andaluz no fuera un personaje que molestara al poder, no tendría razón de ser. Como bien reitera Chamizo, la gente está bastante cabreada con la clase política y no deberían molestarse porque la institución que ha dirigido durante los últimos años estuviera “dando todo el día por saco”. Es su obligación siempre, más aún en una sociedad con un millón y medio de parados y donde muchos de sus ciudadanos están pasando serias dificultades para sacar adelante a sus familias. 

Si es grave la desafección de los ciudadanos hacia la clase política, más grave y sonrojante resulta la poca capacidad que tienen nuestros dirigentes para aceptar las críticas. Alguien debería advertirle a los diputados que el día que más cerca estaban de la realidad andaluza era cuando acudía Chamizo al Parlamento a exponer las quejas que recibía  durante todo el año en su oficina. Resultaba estimulante que ese día el Defensor del Pueblo aprovechara su presencia para darles una buena regañina pública. 

Es frustrante esta unanimidad. Y es desalentador que el único acuerdo conjunto de las últimas legislaturas en el Parlamento Andaluz se haya producido para relevar de la Oficina del Defensor del Pueblo a una persona que ha demostrado más cercanía y preocupación con la realidad social de Andalucía que la que evidencian cada día los dirigentes políticos desde sus atalayas públicas.