Claro que van a poder
¿Podemos? Claro que podemos, parecen que contestan al unísono los
dirigentes del PP y del PSOE. ¿Pueden lograr las dos grandes formaciones
políticas en España que un partido, dirigido por unos profesores
universitarios y con apenas seis meses desde su creación, sea una
alternativa real de Gobierno en España? En ello están, populares y
socialistas, haciendo todo lo posible para que puedan. Es difícil de
entender, pero la realidad es obstinada. Cada día, desde hace ya muchos
días, aportan un saco de votos a Podemos. Cada mañana, desde hace muchas
mañanas, inyectan en vena un aluvión de hartazgo a sus votantes. Y cada
jornada, desde hace muchas jornadas, van llenando el zurrón de Pablo
Iglesias.
Con el Manual de cómo perder elecciones en cómodos plazos, el PP y el PSOE han decidido seguir instalados en Marte. Y allí continúan, en su país multicolor, con sus estadísticas y sus tantos —y sus tontos— por ciento. Hay que situarse muy lejos de la realidad para no ver lo que todo el mundo está viendo: que mucha gente está dispuesta a acudir a las próximas elecciones a votar a cualquier partido que no sea ni el PSOE ni el PP. Y ese mensaje de la ciudadanía está llegando por tierra, mar y aire.ç
Ya no se trata del asco diario por la corrupción. Esa que nos invade. Se trata del bochorno constante ante las medidas contra la corrupción. Del ridículo examen a los candidatos a alcaldes del PP en la Comunidad de Madrid, preguntándoles si tienen o no una cuenta en Suiza o si van a robar. Del cachondeo con el cese fulminante del dirigente popular implicado en las tarjetas opacas, que al día siguiente tenía otra vez contrato con una sucursal del mismo PP que lo echaba. Del paripé y la pantomima del acuerdo entre el PSOE y el PP para hacer público los viajes de los diputados sin que podamos saber qué viajes, qué diputados viajan y a qué dedican el viaje. En definitiva, de ese intento diario por tomarnos por tontos a los ciudadanos.
Además de votarlos, que no es poco. ¿Qué hemos hecho los españoles para aguantar este sainete? Un presidente que da una rueda de prensa en pantallas de plasma. Ese Senado convertido en un refugio para mantener los privilegios del aforamiento. Ese presidente de una comunidad autónoma contándonos que es muy austero porque no tiene parabólica… Y tantas y tantas tomaduras de pelo. Una tras otra.
Claro que van a poder los de Podemos. Se lo están poniendo muy fácil. Se trata de dos partidos políticos —PSOE y PP— que han puesto en marcha toda su maquinaria para alcanzar un único objetivo: ponerles las elecciones en bandeja. Y en ello están, no dejando pasar una sola oportunidad para cabrear aún más al personal. Los de Podemos apenas tienen mérito. Y asustará a unos y alegrará a otros que alcancen el Gobierno, pero si eso ocurre una parte sustancial de su ascenso estará en el haber del estimable esfuerzo que están haciendo los dos grandes partidos para llevarlos en volandas al poder.
Con el Manual de cómo perder elecciones en cómodos plazos, el PP y el PSOE han decidido seguir instalados en Marte. Y allí continúan, en su país multicolor, con sus estadísticas y sus tantos —y sus tontos— por ciento. Hay que situarse muy lejos de la realidad para no ver lo que todo el mundo está viendo: que mucha gente está dispuesta a acudir a las próximas elecciones a votar a cualquier partido que no sea ni el PSOE ni el PP. Y ese mensaje de la ciudadanía está llegando por tierra, mar y aire.ç
Ya no se trata del asco diario por la corrupción. Esa que nos invade. Se trata del bochorno constante ante las medidas contra la corrupción. Del ridículo examen a los candidatos a alcaldes del PP en la Comunidad de Madrid, preguntándoles si tienen o no una cuenta en Suiza o si van a robar. Del cachondeo con el cese fulminante del dirigente popular implicado en las tarjetas opacas, que al día siguiente tenía otra vez contrato con una sucursal del mismo PP que lo echaba. Del paripé y la pantomima del acuerdo entre el PSOE y el PP para hacer público los viajes de los diputados sin que podamos saber qué viajes, qué diputados viajan y a qué dedican el viaje. En definitiva, de ese intento diario por tomarnos por tontos a los ciudadanos.
Además de votarlos, que no es poco. ¿Qué hemos hecho los españoles para aguantar este sainete? Un presidente que da una rueda de prensa en pantallas de plasma. Ese Senado convertido en un refugio para mantener los privilegios del aforamiento. Ese presidente de una comunidad autónoma contándonos que es muy austero porque no tiene parabólica… Y tantas y tantas tomaduras de pelo. Una tras otra.
Claro que van a poder los de Podemos. Se lo están poniendo muy fácil. Se trata de dos partidos políticos —PSOE y PP— que han puesto en marcha toda su maquinaria para alcanzar un único objetivo: ponerles las elecciones en bandeja. Y en ello están, no dejando pasar una sola oportunidad para cabrear aún más al personal. Los de Podemos apenas tienen mérito. Y asustará a unos y alegrará a otros que alcancen el Gobierno, pero si eso ocurre una parte sustancial de su ascenso estará en el haber del estimable esfuerzo que están haciendo los dos grandes partidos para llevarlos en volandas al poder.
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