Y si Pedro Sánchez fuera un líder
Pedro Sánchez ha destituido al principal dirigente del PSOE
en Madrid, Tomás Gómez, y ha creado una
gestora en esta agrupación socialista. Le había pedido que dimitiera ante la
investigación judicial en torno a las obras del tranvía de Parla durante la
etapa en la que estuvo al frente de la alcaldía. No aceptó irse y lo ha destituido.
Muchos de los que cuestionan su liderazgo deberían aprender
de esta actitud. Otro gallo les cantaría en esta campaña a los socialistas
andaluces si, en su día, y ante las investigaciones judiciales de los ERE y los
cursos de formación, hubieran tomado medidas igual de contundentes contra
aquellos que hicieron de su paso por la administración andaluza su propio
cortijo.
Ayer, sin ir más lejos, mientras la candidata del PSOE,
Susana Díaz, seguía con la pre-campaña, la realidad le estropeaba los titulares:
un auto de la jueza Ayala que eleva a 265 los imputados por los expedientes de
empleo y el periplo de la policía por Andalucía con 90 órdenes de detención
contra cargos públicos y empresarios relacionados con los cursos de formación. Y así es bastante complicado colocar en los
medios de comunicación un mensaje electoral.
Otro tanto le va a pasar a Juan Manuel Moreno Bonilla en la
campaña. Pelear todos los días por encontrar un hueco en los medios frente a Bárcenas,
la Gürtell y el rosario de casos de corrupción que afectan a su partido en
España le va a resultar difícil.
Como en este país no estamos acostumbrados a que se vaya un
dirigente hasta el día antes de entrar en prisión, resulta reconfortante que un
líder político haya actuado como un líder político antes las sospechas de
corrupción que se cernían sobre un compañero. Más aún. cuando este compañero
era otro líder político.
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