Irse
Al menos una vez al mes, algún medio de
comunicación anuncia que líderes socialistas reclaman a Susana Díaz que dé un
paso al frente y opte a la secretaria general del PSOE. SI fuera cierto cada
vez que se publica, o los líderes son muy pesados pidiendo lo mismo o Susana Díaz quiere irse de la Junta desde el
primer día que fue designada presidenta. A Pedro Sánchez, le ocurre lo mismo,
pero al contrario. Desde el mismo día que alcanzó la secretaria general del
PSOE hay dirigentes socialistas pidiendo su relevo.
Esta semana toca Susana Díaz se va, después
de que la semana pasada tocara Pedro Sánchez se queda. Y así hasta el congreso
federal del PSOE, donde los que quieren que Sánchez se vaya abogan por
celebrarlo pronto, mientras que los que quieren que Sánchez se quede prefieren retrasarlo lo más posible.
El PSOE está decidido a repetir los mismos
errores que en las elecciones del 20 de diciembre. Entre otros, el de acudir a
unos comicios con un candidato cuestionado por un sector de su propio partido.
Hay una frase de un político uruguayo que me encanta repetir, esa de que los
partidos políticos nunca mueren de muerte natural, sino que se suicidan. Y en
ello llevan algunos desde hace bastante tiempo.
La política
es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren
irse. Lo decía un escritor francés. En el PSOE, cada vez que un dirigente
anuncia un paso atrás, lo hace literalmente. Da un paso atrás, pero nunca se
va. Y, por eso, tras muchos años, justo en ese sitio que hay un paso atrás de
cualquier líder del PSOE, se van acumulando un montón de dirigentes que nunca
se han ido. Y que se pasan la vida dando opiniones sobre lo que los demás deben
de hacer, que es exactamente lo que ellos nunca hicieron: irse de una vez por
todas.
Columna La Ventana de Andalucía, 16 de marzo 2016.
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