¿Quién puso al maestro armero?
Manuel Chaves ni vio nada ilegal ni lo hubiera permitido. El
ex presidente de la Junta lo dijo ayer en el Supremo. Nadie nunca le advirtió
de nada, ni sobre irregularidades ni muchos menos sobre ilegalidades en la
tramitación de las ayudas para los ERE. Chaves además solo hablaba con sus
consejeros, nunca con un director general.
José Antonio Griñán tampoco nunca supo nada. El otro ex
presidente hacía el presupuesto cuando era consejero de Economía, pero no tenía
la responsabilidad de fiscalizar en qué se gastaba luego el dinero cada
Consejería. Y los ERE dependían de empleo. El consejero de Empleo José Antonio
Viera tampoco supo nunca nada. Él era un simple maestro. Y los asuntos de
números los llevaba su director general, también maestro. En concreto, maestro
armero del caso de los ERE. Cada vez que alguien no tiene una respuesta en la
Junta para explicar lo que sucedió con las ayudas públicas durante diez años,
lo tiene claro: la culpa fue del maestro armero.
Y este señor, a tenor de lo que declaran los que fueron sus
jefes superiores, se tiró diez años en la Consejería de Empleo haciendo de su
capa un sayo, sin que nadie supiera, conociera, detectara, sospechara, nunca
nada. Y sin que nadie tenga ahora responsabilidad
política alguna en mantenerlo y no enmendarlo.
Pero, la pregunta ex obvia. ¿Quién puso en la dirección
general de empleo de la Junta al maestro armero? ¿Se puso solo? ¿Se nombró el
mismo un día y se fue ratificando él mismamente a él mismo cada nueva
legislatura, hasta alcanzar una década de servicio en este departamento sin que
nadie lo quitara?
Vaya, con el maestro armero.
La Ventana de Andalucía, 15 de abril de 2015.
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