Dos noticias nuevas y una que ya sabíamos
La primera imagen de un debate a cuatro
es que nadie está ubicado en el centro. Candidatos a un lado y candidatos a otro,
pero ninguno ocupando la centralidad. Entramos a los debates sin la presencia
física de Vox y hemos salidos de los dos debates sin señales del centro político, la gran víctima
de la polarización. Estos comicios se dirimen entre dos bloques, ayer más
peleados que nunca.
Pedro Sánchez, con dos debates, tenía la
oportunidad de equivocarse por duplicado. La gran noticia para él es que sale
de los encuentros sin haber metido la pata. Ayer le llovieron hostias como
panes, pero también replicó con las suyas. En un debate tan bronco, decidió ir
también al ataque. Y en la trifulca anunció que en sus planes no entra
Ciudadanos, que fue la primera noticia política del debate.
Rivera le ganó la partida el martes a Casado.
Ayer Rivera disparó tanto y estuvo tan nervioso que terminó dándose varios
tiros en sus propios pies. Casado y Rivera, más que pugnar por la presidencia
del Gobierno, se enfrascaron por liderar el bloque de la derecha. En esa batalla,
Rivera ocupó tanto espacio que Casado tuvo que hacerse un hueco casi a
empujones. No ha sido muy convincente la
greña entre Casado y Rivera durante las cuatro horas de los dos debates, ya que
la realidad es que si pueden gobernar juntos lo harán. Esa fue otra noticia de
la noche, pero esa noticia ya la sabíamos.
Pablo Iglesias le pidió a Sánchez en el
primer debate amor condicional para la próxima legislatura y visto que no fue
correspondido, anoche el líder de Unidas Podemos decidió tener vida por
separado. Y lo hizo bien. En ese instante saltó la tercera noticia de la noche:
Sánchez no quiere gobernar con nadie.
Hubo un momento que definió el tono del
debate. Fue antes del minuto final que se dedicó a las propuestas sobre
cultura. Hasta esa pregunta el único acercamiento que hubo en el debate a este
tema fue cuando Sánchez y Rivera se intercambiaron sendos libros. Y en vez de
entregárselo uno a otro, hubo un momento que pareció que se los iban a tirar a
la cabeza.
La
gran paradoja de los debates
Más que debatir sobre propuestas sobre
las que gobernar, se tiraron unos a otros los socios con los que hacerlo. Los debates
han consolidado algo que ya sabíamos, la existencia de dos bloques a derecha a
izquierda cuyas probabilidades de gobernar dependerá, posiblemente, de otros. Por eso, el escudo de Sánchez en los
debates ha sido VOX . Y la lanza del PP y Ciudadanos, los independentistas
catalanes.
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