La primera mujer, el primero de centro y el primer feminista.
La campaña de las elecciones andaluzas está resultando muy
cercana. Especialmente en el caso de la candidata del PSOE, Susana Díaz, de
quién entramos a los comicios sabiendo que estaba embarazada y ya conocemos que
será niño, que sus sobrinos van a colegios públicos y que, además de su padre,
su padrino, también es fontanero.
Juan Manuel Moreno Bonilla, el candidato del PP, se muestra
más celoso de su intimidad. No le ha gustado nada que se hiciera público que
sus hijos van a un colegio privado e interpreta que ha sido intencionado el
hecho de que trascendiera. De Moreno entramos sabiendo que era hijo de
inmigrante y nieto de jornalero. En mitad de la precampaña, nos enteramos de
que también era un híbrido. No un coche, sino un híbrido entre Málaga y
Sevilla, según comentó.
En la campaña de los tres partidos con representación
parlamentaria hay una pelea por ser el primero. Y no me estoy refiriendo solo a
los votos. Susana Díaz quiere ser la primera mujer que gane unas elecciones en
Andalucía; Moreno Bonilla quiere ser el primer presidente de la Junta de
centro; y Antonio Maíllo quiere ser el primer presidente feminista y gay.
De los demás candidatos que aspiran a obtener representación
tenemos menos detalles personales, pero es solo cuestión de tiempo. Esperamos
conocerlos mejor a partir de ahora, con la decisión de la Junta Electoral obligando
a las televisiones públicas en Andalucía a informar sobre los nuevos partidos.
Una decisión de puro sentido común: a pesar de que no tienen presencia
institucional, es evidente que los partidos emergentes tienen un protagonismo
esencial en estas elecciones que debe tener reflejo en las informaciones de
cualquier medio, ya sea público ya sea privado.
Comentarios
Publicar un comentario